Los rayos cósmicos son partículas con energía extremadamente alta procedentes de mucho más allá de nuestro Sistema Solar. Nos proporcionan importantes muestras de material del espacio exterior. Pero los campos magnéticos de nuestra Galaxia y del Sistema Solar enredan sus caminos tanto que no podemos rastrearlos hasta su origen. Pero ahora, utilizando los restos de una estrella que murió hace mil años, los astrónomos han encontrado pistas sobre dónde se forman los rayos cósmicos exactamente.
Hace mucho tiempo, en el año 1006, un nuevo punto de luz apareció en los cielos del sur. ¡Brilló tanto que rivalizó con el brillo de la Luna y fue visible incluso durante el día! El origen de este misterioso objeto fue una enorme estrella atravesando una dramática fase del final de su vida: ¡estaba explotando! Los astrónomos llaman a la explosión de una estrella una "supernova". Avanza rápidamente 1000 años, y los astrónomos han localizado finalmente los restos esparcidos de esta antigua estrella. Un brillante anillo en expansión de material es todo lo que queda. Puedes ver parte de este anillo en la segunda imagen.
Mirando este resto de supernova, los astrónomos han encontrado lo que llaman las "semillas" de los rayos cósmicos. Estas partículas pueden verse zumbando por dentro del remanente de supernova. Sin embargo, no tienen suficiente energía para ser rayos cósmicos… aún. Los astrónomos creen que podrían seguir creciendo chocando contra el material del anillo para convertirse en rayos cósmicos. ¡De este modo podrían conseguir eventualmente energía suficiente para volar al espacio como rayos cósmicos adultos!
Dato curioso
los astronautas han visto cosas realmente asombrosas: las auroras desde arriba, la curva de la Tierra y la cara oscura de la Luna. Además, los astronautas a bordo del Skylab, el Transbordador Espacial, la Mir, y la Estación Espacial Internacional han afirmado haber visto extraños destellos de luz. Éstos son provocados por radiación cósmica entrando a través de sus ojos como pequeñas balas diminutas. Cuando una de estas partículas golpea los nervios del ojo produce una señal falsa que el cerebro interpreta como un destello de luz.
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Este Space Scoop está basado en un comunicado de prensa de ESO.
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